Me frusta no contentarme con lo que
tengo, estas ansias de más y más, de no conformarme. No poder disfrutar con lo
que uno tiene simplemente porque está pensando en lo que tienen los demás.
Tenemos suerte de tener lo que tenemos, y si los demás consiguen lo que a
nosotros nos falta pues... qué suerte. Sigo pensando que cada cosa tiene su
momento, lo que no pasa hoy, pasará mañana. Y si te empeñas en
ir un paso por delante de lo que te toca, fallas. Seguro que todas las personas
se obsesionan con intentar conseguir aquello que quieren en cuanto se dan cuenta
de que lo necesitan, pero la cosa no funciona así. Es mucho más bonito, mucho
mejor ver que después de esforzarte consigues lo que querías. Es mucho mejor
disfrutar, o intentar mejorar lo que uno tiene, y dejar de preguntarse qué
pasaría si las cosas fueran de otra manera, si tuviéramos lo que tiene el otro.
Las cosas, las situaciones, las personas van y vienen, y lo que en un principio
puede parecernos perfecto al final de día puede llegar a convertirse en una
especie de laberinto, en una pesadilla, y ya no lo queremos. Y más
tarde empecé a pensar en mis amigos, en esa estúpida manía de querer ser
siempre el más querido por todos. Siempre hay dos tipos de amigos, los que te quieren de verdad y los que dicen que te quieren. Cuando se necesita a alguien, es cuando te das cuenta de quien se preocupa de ti y te quiere, los demas son los que dicen que te quieren. Soy capaz de contar, a los amigos que me quieren de verdad,con los dedos de las manos, y no me preocupa en absoluto, poque uando necesito a alguien sé que siempre me ayudaran.
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